lunes, 31 de diciembre de 2007

Cuento infantil

OPINIÓN
Cuento infantil.
Por FanSL Oyen (emf010@confluencia.net)
Publicado en el diario SVD de Second Life, el 24-12-2007.

Ayer le conté un cuento a mi hija de 6 años:

Un niño buscaba la felicidad. Buscó y buscó durante mucho tiempo, pero no la encontraba. Preguntó a todos con los que se cruzaba, pero nadie le supo indicar. Lejos de desanimarse, siguió buscando sin perder la esperanza de encontrarla.

Un día llegó a un extraño país. El país estaba habitado por curiosos personajes, tan diversos y fabulosos comos se pudiera imaginar. El niño descubrió que podía hablar con ellos y que le entendían, y él les entendía a ellos. Se alegró cuando vio que eran amables, pues se sentía solo y desvalido. Le enseñaron que allí podía volar y que sólo con desearlo, podía desplazarse a donde quisiera en un segundo. Los personajes le ayudaron y él, que era muy curioso, exploró el país en su incansable búsqueda de la felicidad.

Viajó a lugares increíbles, donde vio ríos que subían montañas, peces que volaban tan alto que a penas podían verse, flores que brillaban en la noche y ciudades que parecían sacadas de un cuento de hadas. Cada camino era una aventura. Cada casa una oportunidad. Cada objeto escondía un secreto. Y siempre se encontraba con gente amable que le saludaban y ofrecían su ayuda.

Además, aprendió que podía crear cosas de la nada y vestirlas de colores. Asistió a clases donde afamados magos enseñaban sus secretos de construcción. Descubrió también que podía dar vida a los objetos. Podía hacer que una vela nunca se apagara, o que unos zapatos bailaran solos.

Conoció a hadas amables, brujas buenas y dragones que hacían reír. Vio a músicos, pintores, escultores, arquitectos y demás artistas que cambiaban ese mundo fantástico sin parar, haciéndolo cada día aún más fabuloso que el anterior.

El niño se hizo algo mayor y ayudó a otros niños que entraban tímidos en ese país. Les decía "Entrad sin miedos, no os preocupéis. Aquí no hace frío ni pasaréis hambre. Podéis hacer que siempre sea de día o que os arrope la noche cuando queráis. Podéis volar como los pájaros y bajo el agua estar durante horas, observando los peces nadar."

Mi hija hacía rato que dormía. Yo hablaba sólo, con la mirada perdida. Ella soñaba con ese país. ¡Que poco se imaginaba que yo, en breves minutos, estaría allí dentro una vez más! Pues yo era aquel niño que buscaba un poco más de felicidad y el país era Second Life.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, muchos nos volvemos niños cuando entramos a ese mágico mundo.. no sé como haces para mantener 3 blogs..

Un saludo

Gala Giha.